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Stumble Upon

miércoles, 19 de agosto de 2015

Me toca a mí.
Voy a proceder a escribir una serie de cosas que seguramente ya sepan. Bueno, resulta que una vez, más precisamente en el verano del 2014, me enamoré. Perdidamente (por así decirlo) de la persona menos indicada, esta persona me dejó entrar a su vida, siempre fue muy sincero, no me puedo quejar, siempre me mantuvo alerta y me explicó como eran las cosas para no lastimarme, pero este chico tan atento, cada vez que yo decidía alejarme, volvía a buscarme o a conquistarme de alguna forma. No era ningún tonto y yo sí, muy tonta, caía siempre en sus redes. Con chamuyos elegantes me pintó el mundo alreves (jaja) al cabo de un corto tiempo yo ya estaba hasta las pelotas. Me enamoré y ya no era una tonta que se enamoró sino que era un tonta que la habian enamorado (él se encargó de eso). En el verano del 2015 logré que se ponga de novio conmigo, hasta llegó a decirme 'te amo'. Sigo sin poder creer a lo que llegamos, a la relación hermosa, llegué a tocar el cielo con las manos. Pero después de un mes de relación hermosa (o sea nada) el comenzó a cambiar, lo veía extraño, más llegando a los primeros días de abril, él ya era otro. Ya no venía con una sonrisa de oreja a oreja a buscarme, no más chocolates, no más nenito tierno. Un día se fue, se fue para no volver. Y acá estoy yo, sigo llorando y él allá, formando su vida. Con otra.

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