Me acabo de dar cuenta que desconfío de mi felicidad. Es un gran defecto mío pero también es ser un toque realista, si te acostumbras a estar bien cuando te agarra un bajón de esos que todas las personas suelen tener cuando algo cambia, cuando pierden a alguien, etc, el chasco suele provocar más daño de lo normal. Por eso hoy estoy acá, tratando de no flashearla tanto con esto de sentirme tan bien, yo sé que no me va a hacer bien, a la corta o a la larga, siempre, siempre sufro. Sí, no exagero, soy una sufrida del orto. Ya entendí que no nací para estar establemente bien, o mal, que mi vida está en constante cambio todo el tiempo y que no me tengo que acostumbrar a NADA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario